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jueves, 1 de diciembre de 2011

El futuro que no llega



Con 7 años comencé mis estudios de primero de primaria, al cabo de cinco años ese curso cambió su nombre por primero de EGB, a mi me pillo el cambio en quinto, ese año tuve que hacer dos cursos en uno y me fastidió el verano. Pienso ahora en la suerte que tuve pues no sé si el colegio o el Estado se preocuparon de adaptarnos al cambio. Fue el curso 1972-73. En los últimos 25 años se han promulgado 6 leyes de educación, no cuento las modificaciones ¿Ha servido tanto cambio para mejorar la calidad de la enseñanza? Por lo menos es dudoso, tanto cambio en un tema tan importante no parece muy razonable. Por desgracia la educación ha sido campo de batalla de las luchas entre partidos políticos. No creo que haga falta comentar lo negativo del asunto. Y parece que esto no ha acabado aquí. Lo lamentable es que hace falta cambiar la LOE de 2006.

A mi juicio se ha producido un deterioro de la calidad de la enseñanza desde el advenimiento de nuestro sistema democrático. Evidentemente la democracia no es la culpable, incluso debería haber supuesto una mejora, pero sus gestores debían estar pensando en otras cosas. Intentaré resumir algunos de los aspectos que pienso que fallan en el sistema:
-          Los contenidos son menos exigentes, seguramente es el problema menso importante.
-          La falta de vocación  de muchos profesionales de la enseñanza, que vieron en la carrera de magisterio una salida fácil en tres años de carrera. Una pena.
-          La vida fácil que las familias damos a nuestros hijos, a los que perdonamos todos y a los que nadie puede ni toser. Por el contrario nos preocupamos más de que estudien.
-          Obligar a niños de 16 años que no quieren estudiar a calentar asientos, provocando contagio y molestias a los demás. Como máximo, creo, que con 14 años se debería abrir una vía de formación profesional para quien no quiere estudiar.
-          La intervención política de gobiernos autonómicos, especialmente si son nacionalistas, en los contenidos y orientación de la educación. Lamentable.
-          Tratar de la misma manera a los que estudian y a los que no. Pasan igual de curso.
-          Juntar en una misma aula a los que van bien en los estudios y a los que no pueden seguir el ritmo. Eterno debate de café en el que no conozco a nadie que no opine que ese sistema perjudica a ambos colectivos.
-          La dejadez política. No es de extrañar, conocemos el paño.

En fin se reconozcan estos u otros errores, habrías que comenzar a poner soluciones. No sé si servirá para algo en un país donde se mal paga al licenciado y se premia con buenos salarios (hasta que se quedan en el paro por la crisis de turno) al que no ha querido formarse. Bueno, a otros les vendrá bien. Nos queda Alemania… y otros países que si valoran el esfuerzo de la formación. Mientras tanto seguiremos tirando el futuro patrio.


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