Una semana más el interés
informativo se centra en temas económicos, pero no nuevos retos o
nuevos problemas, seguimos con lo mismo. Siempre en el día de la marmota. Nunca
habíamos sentido como ahora la influencia de la macroeconomía en nuestras
vidas. Las dificultades de la deuda nos afectan a través de los recortes
presupuestarios. Todo ello agravado con este periodo entre gobiernos en que no
sabemos por donde nos saldrán los futuros gestores de nuestra España. Los jubilados
sin saber si conservarán su poder adquisitivo, los funcionarios rezando para,
al menos quedarse como están, los parados a la espera de una política que les dé
soluciones, el resto de trabajadores pidiendo que mañana no les toque a ellos
estar en la cola de los servicios de empleo, la ciudadanía en general
preocupada por no perder lo que crían que tenían seguro: Sanidad, Educación…
En estos días otra reunión de
ministros de economía de la Eurozona para “nuevas soluciones” al ya viejo
problema, se hará lo que Alemania se vea obligada a ceder. Otra vez acción
concertada de bancos centrales para dotar de liquidez al sistema. Hay que
salvar el Euro y evitar la recesión. Parecería que, a estas alturas, deberíamos
entender de economía con tanto bombardeo informativo, comprender la
desconfianza de los mercados, conocer el porqué de la prima de riesgo y ver la
lógica de la consolidación fiscal. Sin embargo, pienso ¿No sería mejor que los
políticos aplicaran la lógica de la economía de una familiar normal a la
macroeconomía internacional? Esto es, no gastar más de lo que se tiene,
endeudarse en aquello que puedes pagar, recortar primero en lo que es
superfluo. Pues parece que no, a lo mejor en el futuro, mientras tanto recortan
en sanidad, educación, personal, pensiones… Es más fácil y con resultado
instantáneo. Evitar duplicidades en las Administraciones Públicas, ahorrar en
dietas, coches oficiales, viajes, eventos faraónicos, subvenciones y
privilegios es difícil porque puede molestar a amigos, hay que sumar muchos
“pequeños” gastos, quita caché y lleva tiempo de trabajo.
En nuestra España
pluricultural y plurinacional seguimos esperando impacientes las medidas del
nuevo gobierno. A mi juicio es normal y deseable que el candidato a Presidente
de Gobierno espere a su investidura para darlas a conocer por pura lógica
democrática. Le deseo de corazón que acierte, más que nada porque su suerte es
la de todos. Ojala que se de cuenta que la solución no es recortar en
servicios, ni en sueldos, ni en personal ni en inversiones, eso lastraría más
la economía y aumentaría las listas de desempleo. Tampoco creo que sea la
solución bajar los impuestos. Creo que lo fundamental, primero, es dar
confianza, si la gente se siente segura gastará y el que pueda invertirá. En
segundo, no hacer una política de recortes indiscriminados, si no de
austeridad. Eso significa evitar gastos innecesarios y asegurar que se seguirá
gastando en lo demás. Por último una buena acción en políticas activas de empleo
que evite subvenciones con resultado incierto, hay que ir a lo seguro. Me da la
sensación que cada frase aquí escrita necesitaría de un folio de explicación
que la concretara, intentaré otro día pormenorizar.
En tu publicación se detecta el mismo ánimo que tienen la inmensa mayoría de las gentes corrientes, es decir la que si no trabaja, no vive y si trabaja, puede al menos creerse que tiene mucha suerte....Aún existe en este país muchos que jamás se preocuparán por estos temas pues, al fin y al cabo tener un poco más o poco menos, no les afecta a su existencia.
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